Contenedores de ira y vergüenza

Cordilleras del capitalismo con olor a podredumbre atacan a las estadísticas europeas. El verde y el reflectante color de moda en las pasarelas mediáticas, extorsiona a masas de borregos sin pastores. Sus ojos cerrados con velcro y cremallera, su olfato perdido les aísla de sus vecinos de planta. Antorchas y palos les faltan, contra enemigos invisibles, contra su propio hogar. ¡Soplad, Soplad! Herederos del mal del ladrillo, intentad derribad a esa casona del parque, débil y añeja, que sus escombros en la demolición romperán mis ventanas y las vuestras.

El incienso huele a pescado de antes de ayer, y la ira al baño María, se asoma a las redes. ¿Dónde viviréis cuando rebose la última gota? Las bandejas caídas, las luces verdes de las paradas kilométricas, los de seguridad en sus sofás de casa, las panaderías, los mercados con las cajas vacías y los estantes llenos, en tiempos santos, de la puta paciencia pagada con el miedo de los gritos de los Morlocks.

 

FIRMA-PUGA-ALASTRA-BLOG